Mi corazón está lleno de inquilinos
Al final solo eres uno más que se rentó un departamento en mi corazón.
Te instalé calefacción para que lidies con mi frío
y prepare café para que me esperes despierto.
Pintaré las paredes con mi sangre porque me recuerdas a el color rojo.
Transito el pasado con las manos heladas y la nariz más roja que nunca, este frío nunca había sido así de intenso, tu ceño fruncido me quita el aliento.
En el frío y en la soledad te visitaré cuando mi alma vagante se canse de anhelar, cuando no tenga más que hacer, cuando tenga mi vida por detrás y recuerde lo tranquila que me dejaba tu mirada.
Tus ojos mentirosos que como a mi los atrapó el hielo de mi sentir.
¿Cuántas veces más tendré que hacer la cama para alguien que se va?
¿Cuántas veces más cortaré flores que no veré marchitar?
¿Cuántos se van a quedar hospedados entre mis arterias que quieren correr fuera de mi cuerpo y manchar con amargura a los traicioneros como tú que ingenuamente invito?
Al final otro ocupará tu habitación y preguntará por las manchas que dejé sin precaución, tendremos que abrir las ventanas para deshacernos de tu hedor.
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