Destinatario 1
Perdoname por no escribir, por no estar y por todo lo que no he hecho en este tiempo. La verdad es que de haberlo hecho hubiera sido una versión extraña de mi quien hablase, escribiese, usara mi ropa y se hubiera parado en mis zapatos. Por favor no pienses que se me ha olvidado hablar o que me he olvidado de ti, al contrario pienso en ti todos los días pero no he encontrado las palabras correctas que me aseguren una conversación amena contigo, hace mucho tiempo no tenemos una de esas largas jugosas y llenas de sentimiento, una de esas que no te hacen sentir vacío o que has perdido tu tiempo o cometido el error de mandar el primer mensaje. Este tiempo libre que nos estamos dando no comenzó por casualidad, de hecho comenzó como un estúpido capricho que se me ocurrió en un día de ocio. Mi estúpida mente al revisar conversaciones previas (si, releo conversaciones para recordar) se dio cuenta de que tu siempre eras el destinatario de mis ideas y yo nunca de las tuyas, siempre era yo quien mandaba el primer mensaje y como experimento decidí esperar un rato para ver cuanto tiempo era mucho tu extrañar, hasta hoy han sido por lo menos meses que son mucho más tiempo de lo que esperaba. La curiosidad mató el gato y así esa ocurrencia se volvió experimento y el experimento consumió mis incertidumbres con las cuales se llevó mis ideas y mensajes y palabras y ocurrencias de las que alguna vez, pero ya no más serás destinatario.
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