Despedidas de un corazón errante

 Siento mucho que me hayas querido querer,

siento que me entendieras tan fácil,

siento que no te gusta lo que entiendes.

Lamento haberme abierto aun sabiendo que no me lograrías penetrar,

debí ser más precavida.

Mi mente que te provoca no puede ser delimitada.

Lamento mi naturaleza errante y celebro que sepas cuidar tu corazón,

juro que lo intenté.

Mis hábitos estudiados, bajo lupa dejan sus florituras,

las rocas se estampan contra la marea y ahí yace mi corazón,

en una isla impenetrable,

llena de trampas que sólo quien intenta logra librar.

Mi intermitencia más que mecanismo de defensa es un estado del ser pues no pertenezco a la tierra,

vagando se calma mi parecer.

Te quedaste en el umbral del entendimiento,

mis puertas abiertas que siempre invitan al extraño sólo son cruzadas esporádicamente,

en arrebatos de curiosidad poderosa, aunque pocas veces amorosa, los valientes exploradores con sus armas se suelen retirar ondeando banderas blancas que me dejan sola y en paz.

- Retirada!, avisas

Ya decidida tu retirada, me avisas.

Intente remediar tu corazón guiada por tus súplicas.

Te vas, disculpándote, de noche, entendiendo pero mis incertidumbres te voltean la mirada hacia afuera: lejos de mi y de mi errante corazón.

Retírate que no es sorpresa.

Mi cabeza abierta,manchada de sangre escurridiza no te gustó, yo que ingenuamente te quise entregar mi dolor.

Sentirás mi ausencia presente en todas las despedidas que recibas, 

recordarás el humo que me rodeaba los pensares y mis palabras, 

volveremos a encontrarnos en alguno de mis viajes. 




Comentarios

Entradas populares