Brujas: el mito masculino contra el poder femenino


En este ensayo hablaré sobre cómo las mujeres hemos sido víctimas de un patriarcado que persigue todo el conocimiento que no van con las concepciones principalmente religiosas de la feminidad. Para esto daré contexto histórico sobre el periodo en el que sucedieron las cazas para luego entender como la violencia epistémica que plantea Miranda Fricker ha operado en la realidad, apoyándome también en lo que plantea Rita Segato sobre el feminicidio. Hablaré del papel que jugó la iglesia en esta masacre de mujeres y el Malleus Maleficarum, instrumento que la misma utilizó para propagar miedo masivo e histeria que culminaron en el asesinato de miles de mujeres. También de las brujas que conocemos gracias al cine y hablaré sobre la resistencia a este fenómeno que veo reflejada en la magia que está presente en lo cotidiano o en otras palabras los remedios caseros que sobrevivieron a la exterminación de conocimiento que se dió durante la caza de brujas. 

Cuando leí Brujería, Magia y Oráculos entre los Azande de E. Pritchard (1937) me impactó mucho la manera en la que los Zandes usan la cacería de brujas como un medio de control y me puso a pensar sobre como fuera de esta comunidad la cacería de brujas fué un mecanismo de control contra mujeres en su mayoría poseedoras de conocimiento. Gracias a este texto decidí investigar sobre el tema para darme una idea de lo que realmente sucedió durante la caza de brujas y me encontré con cosas muy interesantes que comparto en este ensayo. 

La caza de brujas fué un proceso de exterminación masiva que se dió durante entre los siglos XV y XVII principalmente en Alemania, Suiza, Escocia, Escandinavia y en las colonias americanas, aunque en 1703 un hombre acusó a su esclava de brujería en el Virreinato de Perú, lo que ahora es argentina. Aproximadamente murieron entre 40,000 y 60,000, muchas torturadas y encarceladas incluso antes de ser sometidas a un juicio. 

Decidí primero hablar de magia pues es algo que a pesar de estar asociado con la brujería no tuvo que ver con la caza, sin embargo es importante entender porque se les acusó a las mujeres de practicarla.

¿La magia es peligrosa? 

Creo que es importante dejar en claro que la magia no existe, las acusaciones que se dieron durante el suceso que analizo no tenían fundamentos reales, si te dolía un diente o tus plantíos se echaban a perder lo más sencillo era acusar a alguien de brujería. Las mujeres acusadas “la hereje, la curandera, la esposa desobediente, la mujer que se anima a vivir sola, la mujer obeah que envenenaba la comida del amo e inspiraba a los esclavos a rebelarse .” (Federici, 2004) solo eran chivos expiatorios de un problema más grande. Silvia Federici plantea en su libro El Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, que “La caza de brujas estaba arraigada en las transformaciones sociales que acompañaron el surgimiento del capitalismo.” p.23. Si la magia existe no le conviene al capitalismo pues es la creencia de que puedes conseguir cosas a cambio de nada y el capitalismo necesita que entregues tu vida, familia y tiempo solo para sobrevivir. 

¿Cómo se propagó el odio? 

El auge de la cacería de brujas se dió durante el renacimiento, en esta época de iluminación en la que la información se empezaba a democratizar las personas que sabían más de lo debido se volvieron objetivos de una persecución injusta. 

En 1487 Heinrich Kramer publicó el Malleus Maleficarum, un manual para identificar, interrogar y castigar la práctica de brujería. A pesar de ser criticado por teólogos de la época por las contradicciones que tenía hacia la misma iglesia, este se difundió masivamente y fué uno de los instrumentos más importantes para la cacería. En este libro Kramer se dedicó a generar una mentira enorme, las mujeres eran cómplices del demonio y buscaban terminar con la cristiandad. 

Este libro delimita los crueles procesos a los que fueron sometidas las inocentes, desde torturas hasta maneras de asesinar, el libro se volvió un estandarte que respaldado por la iglesia logró grabar ideas completamente descabelladas en el inconsciente colectivo de la época. Durante el feudalismo “Las mujeres trabajaban en los campos, además de

criar a los niños, cocinar, lavar, hilar y mantener el huerto; sus actividades domésticas no estaban devaluadas y no suponían relaciones sociales diferentes a las de los hombres, tal y como ocurriría luego en la economía monetaria, cuando el trabajo doméstico dejó de ser visto como trabajo real.” (Federici, 2004 p.41) 

La caza de brujas se dió en un contexto histórico muy interesante, en este reajuste de poder durante la transición entre el feudalismo y el capitalismo las mujeres terminaron en un lugar muy desventajoso, la medicina tradicional fue arrebatada de sus manos y todo el conocimiento que se tenía fue reducido a creencias. 

Creo que es interesantísimo observar cómo se propagó la violencia sobre las mujeres inocentes, vulnerables, acusadas de pactar con el diablo por mera misoginia, porque las mujeres “están llenas de pecado y son carnales” como se describen en el Malleus Maleficarum porque los hombres tontos y miedosos no pudieron vivir en un mundo en el que no tenían todo el poder, las mujeres debían ser esclavas, recipientes de fetos. El cuerpo de las mujeres se convirtió en “una máquina de producción de nuevos trabajadores” (Federici, 2004 p.23). 

Injusticias y Violencia 

La cacería de brujas es un crimen de odio, un tipo de injusticia epistémica. Las víctimas fueron en su mayoría mujeres inteligentes, guardianas de conocimiento, curanderas, parteras, maestras e intelectuales. El conocimiento es poder y nos lo querían quitar, los saberes empíricos fueron desprestigiados para dar paso a la medicina moderna. El mundo estaba cambiando y las mujeres ahora más que nunca debían acatar su rol de esclavas domésticas. 

Miranda Fricker habla sobre la injusticia testimonial “cuando los prejuicios llevan a un oyente a otorgar a las palabras de un hablante un grado de credibilidad disminuido” (Fricker, 2007), Esta se aplicó en la cacería de brujas, los juicios eran casi inexistentes, las acusadas fueron despojadas de credibilidad, la histeria colectiva generó un ambiente de terror en el que confesar el crimen era la única manera de sobrevivir.

En Género y colonialidad: del patriarcado comunitario de baja intensidad al patriarcado colonial moderno de alta intensidad. La crítica de la colonialidad en ocho ensayos y una antropología por demanda. Rita Segato habla del feminicidio como un “campo de batalla” sobre los cuerpos femeninos, creo que durante la caza de brujas esta batalla se encargó de despojar a las mujeres de su conocimiento y autonomía. Segato describe cómo la colonialidad refuerza sistemas de exclusión epistémica al imponer jerarquías de conocimiento. Durante la cacería de brujas, los saberes femeninos relacionados con la salud, la botánica y los rituales se etiquetaron como superstición o brujería. Este despojo epistémico se tradujo en una transferencia del conocimiento médico y científico hacia hombres institucionalizados (como médicos y clérigos), marginando a las mujeres como "irracionales" y peligrosas. Segato identifica que el patriarcado bajo la modernidad colonial intensificó las desigualdades de género, convirtiendo a las mujeres en sujetos de explotación y violencia extrema. La cacería de brujas puede interpretarse como una forma temprana de este "patriarcado de alta intensidad." Pero estos saberes no se perdieron. 

Hay una bruja en tu casa 

Creo que es importante estar siempre atentos a nuestra familia y al conocimiento que nos transmiten, desde un remedio casero a un consejo es importante captar la importancia que tienen estos en la conservación de nuestras tradiciones que aunque puede ser algo a lo que desdeñemos, siempre viene cargado de conocimientos importantes que debemos preservar. 

Hay males en esta vida para los que un médico no tiene la sensibilidad necesaria pero las brujas si, ellas siempre han formado una parte importante de nuestra cultura. Pasarte un huevo por la cabeza, ramearte, prender una vela para pedir un deseo, hacerte un té para la garganta o tirar la sal por arriba del hombro, son prácticas que vienen de la brujería. 

Todos estamos rodeados de esta y las brujas están en todos lados, tal vez no asumidas pero las mamás que sacan penas con una sobada de piés hacen brujería. La misoginia y la masacre no pudieron evitar que las mamás cuidaran de sus hijes, que prepararan remedios o que visitaran a las brujas del mercado para hacer un amarre. Las brujas no se exterminaron y los saberes están en nuestras conciencias. 

Creo que es muy hermoso encontrar pequeños rastros de magia en nuestra cotidianidad pues estos suponen una resistencia silenciosa, las brujas no murieron ahora hacen lecturas de tarot en tik tok, generan horóscopos semanales en instagram y nos curan los males que la medicina a veces no puede sanar.

Me parece muy triste que la enorme cantidad de remedios producto de conocimiento ancestral que nos han transmitido nuestras familias, sean solamente remedios y no se consideren medicina. La industria farmacéutica nos tiene del pescuezo que deja de doler más rápido con un té de limón, ajo y miel que con una pastilla. 

Las brujas que conocemos 

Actualmente los medios están plagados de brujas, recuerdo que de pequeña la figura de la bruja me parecía aterradora, una mujer verde, malvada que no buscaba más que el mal de Dorothy o de Blancanieves, siempre fea y vieja. La bruja era todo lo que una niña pequeña odiaría ser, pero curiosamente mientras crecí mi opinión sobre las brujas cambió por completo. Veo a las brujas de The craft o Practical Magic y no puedo resistirme a sus encantos, ¿Quién no desearía crear pociones de amor que funcionen o que los elementos escuchen cuando les hablas?, creo que el arquetipo de bruja se ha transformado para reflejar lo que pensamos las mujeres de nosotras mismas, la vejez que antes era temible desapareció de la cara de las brujas reflejando a las nuevas poseedoras de la libertad femenina, la mujer empoderada ya no es la anciana sabia, ahora desde jóvenes podemos moldear nuestras vidas, hacer magia para salvarnos de las expectativas de la sociedad. 

Conclusiones 

Creo que soy muy afortunada de vivir en estos tiempos, durante mi investigación encontré en mi características que me dejarían en la hoguera hace unos cuantos años: ver a las estrellas, cantarle a la luna, preparar pócimas curativas y estudiar cosas que me interesan son actividades de mi día a día que en otros tiempos terminarían con mi vida y se me llenan los ojos de lágrimas al pensar en todas esas mujeres inteligentes e inocentes a las que su libertad y compasión les costó la vida porque no eran brujas, eran doctoras, maestras, biólogas, alquimistas, arquitectas, intelectuales, poetisas, escritoras, artistas, madres, hijas, esposas. 

Nunca hemos sido minoria, los hombres nunca han podido entender que como ellos, somos humanos, habitamos el mismo mundo y podemos hacer las mismas cosas, pero

enfrentarse al terror que supone la inteligencia del otro siempre es demasiado para sus cerebros forjados desde el enojo y la fuerza bruta. 

La cacería de brujas representa uno de los episodios más oscuros en la historia de la opresión contra las mujeres, donde la intersección entre el patriarcado, la religión y el naciente capitalismo creó las condiciones para una persecución sistemática que cobró miles de vidas inocentes. Como se evidencia en este análisis, no fueron simples actos de superstición, sino un mecanismo deliberado de control social y económico que buscaba despojar a las mujeres de su autonomía y conocimiento. 

La transformación del sistema feudal al capitalismo jugó un papel crucial en este proceso, convirtiendo el cuerpo femenino en "una máquina de producción de nuevos trabajadores" y despojando a las mujeres de sus roles tradicionales como curanderas, parteras y poseedoras de conocimiento empírico. El Malleus Maleficarum sirvió como instrumento para institucionalizar esta persecución, legitimando la violencia contra las mujeres bajo el pretexto de la herejía. Sin embargo, a pesar de los intentos de exterminio, estos saberes y prácticas han sobrevivido a través de generaciones. Los remedios caseros, las tradiciones curativas y los conocimientos ancestrales continúan presentes en nuestra cotidianidad, representando una forma de resistencia silenciosa contra la opresión histórica. La figura de la bruja, antes demonizada, ha sido resignificada en la cultura contemporánea como símbolo de empoderamiento y libertad femenina. 

Como reflexión final, es crucial reconocer que estas mujeres perseguidas no eran brujas, su único crimen fue poseer conocimiento en una sociedad que temía el poder femenino. Su legado pervive en cada práctica cotidiana de sanación, en cada remedio transmitido de generación en generación, y en la continua lucha por el reconocimiento y la validación de los saberes femenino en todas sus formas.


Bibliografía 

● Federici, S. (2004) Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva, Quito: Ediciones Abya-Yal. 

● Fricker, M. (2017) Violencia Epistémica. El poder y la ética del conocimiento, España: Herder. 

● G.M, A. (2022, March 20). Malleus Maleficarum, la Biblia de los cazadores de brujas. Historia National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/biblia-cazadores-brujas-malleus-mal eficarum_17820 

● Segato, R. (2016) Género y colonialidad: del patriarcado comunitario de baja intensidad al patriarcado colonial moderno de alta intensidad en la crítica de la colonialidad en ocho ensayos: y una antropología por demanda, Buenos Aires: Prometeo Libros, Libro digital, EPUB.


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